Ciclo de vida de un producto sostenible: Desde su inicio hasta su salida del mercado.

Desde su creación hasta su retirada del mercado, cada paso del camino presenta oportunidades y desafíos para asegurar que el producto respalde los principios de sostenibilidad y conservación del medio ambiente.

Optar por materias primas con menor impacto ambiental constituye una de las primeras sugerencias, e incrementar el uso de recursos renovables y energías limpias contribuirá a fortalecer la sostenibilidad del ciclo de vida de un envase. En esta línea, es aconsejable que los materiales adquiridos estén respaldados por certificaciones que avalen su origen y cumplan con ciertos estándares ambientales, como las ecoetiquetas (ISO 14024 e ISO 14025), o que cuenten con perfiles ambientales detallados, tales como declaraciones ambientales de producto (ISO 14023), huellas de carbono (ISO 14067), huellas hídricas (ISO 14046) o huellas ambientales de producto.

¿Qué Define a un Producto Sostenible?

Un producto sostenible es aquel que se ha diseñado, fabricado, utilizado y desechado teniendo en cuenta los impactos ambientales, sociales y económicos a lo largo de su ciclo de vida. Esto implica considerar la eficiencia en el uso de los recursos, la reducción de residuos, el uso de materiales renovables y reciclables, y la minimización de la huella de carbono, entre otros aspectos.

1. La Semilla de la sostenibilidad

El proceso comienza con la creación del producto sostenible. Aquí es donde se establecen los objetivos y principios que guiarán todo el desarrollo. Es esencial pensar en cómo el producto puede alinearse con prácticas sostenibles considerando aspectos como el uso eficiente de los recursos, la de selección materiales eco-amigables y la minimización de residuos desde el diseño inicial.

Los envases domésticos ligeros suelen fabricarse principalmente con plástico y cartón. Por ello, al reemplazar los envases tradicionales por diseños más livianos, se puede reducir la cantidad de material utilizado. Asimismo, es posible mejorar la eficiencia de los envases optimizando tanto el gramaje (peso por unidad de superficie) como el espesor (distancia entre las superficies interna y externa del envase) para lograr una mejor relación entre el contenedor y su contenido.

2. Diseño y fabricación

Durante la fase de diseño y fabricación, se ponen en práctica los principios de sostenibilidad establecidos en la etapa de inicio. Esto puede implicar el uso de materiales reciclados o renovables, la reducción de energía y agua en el proceso de fabricación y la implementación de prácticas de producción responsables.

3. Uso: Maximizando el impacto positivo

La etapa de uso es donde el producto sostenible realmente puede marcar la diferencia. Al ser utilizado de manera eficiente y responsable, el producto puede contribuir a la conservación de recursos y la reducción de residuos. Además, acerca de la educación del consumidor hay una tendencia en su comportamiento de compra, lo que puede ser un punto de partida para las marcas que desean adoptar una estrategia genuina de sostenibilidad. Según un reciente estudio de Deloitte:

  • El 43% de los consumidores ya elige activamente marcas debido a sus valores medioambientales.
  • Dos tercios de los consumidores han reducido su uso de plásticos de un solo uso.
  • El 34% de los consumidores eligen marcas en función de sus credenciales éticas.

4. Cerrar el ciclo 

Cuando llega el final de la vida útil del producto, es importante asegurarse de que sea gestionado de manera responsable. Esto puede implicar opciones como el reciclaje, la reutilización o el compostaje, dependiendo de los materiales y la naturaleza del producto.Retirar el producto del mercado de manera adecuada también es fundamental para evitar impactos ambientales negativos.

Un compromiso continuo

El ciclo de vida de un producto sostenible es un recordatorio de la importancia de considerar el impacto ambiental en cada etapa del proceso. Desde la concepción hasta la retirada del mercado, cada decisión cuenta.